Duhalde convocó a la Unidad Nacional, aunque no pudo hacer ni una misa de unidad

Las caras lo dicen todo: Duhalde rezando, a Chiche Duhalde
se le cae la cabeza y el resto como en un velorio.

Por Jorge Colmán. Duhalde viene de tropiezo en tropiezo, no solo las encuestas le dan lejos (muy lejos) de Cristina Fernández sino que además ni siquiera pudo hacer un cierre de campaña.

Su plan de realizar un acto masivo de cierre de campaña en la localidad entrerriana de Gualeguaychú (uno de los epicentros de los piquetes patronales), junto a productores agrarios como Alfredo de Angeli (arrendatario de los campos del fallecido Alfredo Yabran), pero que debido a una feroz interna entre los dirigentes del Pro y de los restos del Peronismo Federal que respaldan su candidatura presidencial debió abortarlo. Ningún medio de la corporación comunicó semejante acontecimiento, lo cuidan porque tienen alguna remota esperanza en el balotage. 

El plan B fue buscar algún lugar de la provincia de Buenos Aires donde realizar su cierre de campaña (ningún intendente del conurbano le cedió espacio político para su acto), el sitio elegido fue la Basílica de Luján, pero ante la amenaza de escrache deslizada por el Frente Popular Darío Santillán, decidieron retroceder, y como última alternativa finalizó su campaña con una conferencia de prensa en las oficinas del Movimiento Productivo Argentino (MPA) que lo tiene como principal promotor.

Lo interesante de su discurso de cierre fue el llamado a "la unidad nacional". ¿Como puede decir semejante cosa si ni siquiera pudo ordenar su propia tropa para realizar un acto? No pudo hacer un acto con sus aliados del PRO, huyo de la interna con Rodriguez Saa y apenas pudo atraer al devaluado Das Neves. 

Entre otras frases poco felices dijo que "La situación se va a poner difícil para la Argentina". No sabemos si esto se debió a una mutación  de la predictora de catástrofes Lilita Carrió o al fin de su presidencia de la Nación con las muertes de Kosteki y Santillán. Lo cierto es que su cierre fue pobre y ni siquiera pudo ir a llorar a la iglesia...