En la edición anterior explicábamos cómo un grupo de suboficiales, con la anuencia del Intendente de Malvinas, Jesús Cariglino, se reunían el 29 de octubre pasado en el palacio municipal de ese distrito bajo la consigna, entre otras, de que “La Patria está en peligro”. También allí se relataba quién era uno de los integrantes del grupo denominado CoNaSubAr (Congreso Nacional de Suboficiales Argentino), el suboficial principal (RE) Roberto Barbalace (u Oscar Moreno, según las circunstancias).
Bien. Ahora y tras generar esta reunión, y otras mantenidas por esta entidad con anterioridad, cierta incertidumbre en organismos de Derechos Humanos, un grupo de querellantes integrado por María Luisa Montiel, Carlos Altamirano, Rosa Velardez, Lucía Loayza y Graciela Paladea, todos vecinos de Malvinas Argentinas y patrocinadas por los abogados Jorge Cancio y Walter Brizzio presentó el miércoles de esta semana una denuncia penal en la fiscalía del Dr. Sica en los tribunales de San Martín.
De la denuncia se desprende que “… un grupo de suboficiales militares/policías activos y retirados, que han estado fuertemente vinculados a la última dictadura militar, y que fueran convocados con la consigna “La patria está en peligro”, constituyen una seria amenaza a nuestro pueblo, al libre ejercicio de los derechos políticos de los ciudadanos y a la vigencia del estado de derecho…”
La denuncia solicita que se investiga a Cariglino, su secretario de Gobierno, Miguel Harari, Roberto Barbalace, Néstor Cruz “… y a los demás colaboradores, partícipes y encubridores (…) toda vez que surge de las publicaciones que los mismos efectúan a través de su sitio web (…) induciendo a los ciudadanos a no participar en el acto eleccionario, proponiendo la destrucción del voto o anulación del mismo…”
En este marco, la denuncia también solicita que se investigue si integrantes de CoNaSubAr operaron como fuerza de choque de Carilgino durante las elecciones. Por último, el corpus de la denuncia exige investigar “… a la asociación ilícita que atenta contra la democracia expresando que es hora de Salvar a la Patria [y] disponga la pertinente investigación, individualice a los culpables e imponga las penas máximas impuestas por el C.P. para quienes atentan contra la democracia, el estado de derecho y el normal funcionamiento de las instituciones…”
Dentro de los tres días hábiles de presentada esta denuncia, un juez federal deberá tomar la misma y comenzar con las investigaciones de rigor. Es decir que, a más tardar el día lunes 21 de noviembre la causa estará en manos de un juez que tendrá que determinar qué se proponen estos suboficiales presuntamente vinculados a la última dictadura cívico-militar y a una patota que trabajaría para Cariglino, cuando sostienen aquello de que “La Patria está en peligro”.
No resulta extraño que en los tiempos en que surgen gobiernos con un proyecto nacional y popular que pone la miar en los juicios a los represores, surjan este tipo de organizaciones de nostálgicos que quisieran volver al estado de sitio y al control, ciudadano en manos del Ejército con zonas liberadas garantizadas por la policía.
Es importante destacar el mérito de estas cinco mujeres querellantes que, habiendo visto o sido partícipes de situaciones irregulares por parte de grupos de choque durante las elecciones del pasado 23 de octubre, no dudaron en denunciar los hechos y pedir que se investigue la posible vinculación de los miembros del CoNaSubAr con esos hechos.
Cada vez menos gente queda paralizada por el miedo. Cada vez menos gente se calla ante situaciones de esta naturaleza. Ya no existe el temor a las patotas asesinas patrocinadas por los gobiernos, como la Triple A o los Grupos de Tareas, atrás quedaron los temores que infundían estos hombres que actuaban en el anonimato y que cuando debieron defender las Islas Malvinas en la guerra contra Inglaterra, no supieron demostrar su rol profesional dejando todo en manos de los conscriptos, asustándose ante el conflicto bélico.
Sabían aplicar en detalle el Plan CONINTES pero no sabían cómo desempeñarse en una guerra contra una potencia extranjera, aunque su formación profesional daba cuenta que podrían hacerlo.
Seguramente, el perseguir a tantos ciudadanos por las calles del país y secuestrarlos de sus casas o de sus lugares de trabajo en operativos dignos de patotas que más se parecían a barrasbravas de fútbol que a miembros del Ejército Argentino, les hizo perder de vista el objetivo para el que, supuestamente, se habían formado.
Así como tuvieron miedo en Malvinas, es probable que ahora el miedo lo tengan por el avance de los juicios en las distintas causas que se están abriendo y por las que podrían quedar implicados si fueron partícipes del staff de secuestradores, torturadores y asesinos de la dictadura.
Alguna vez, el miedo nos paralizó como sociedad. Hoy, el miedo de ir a la cárcel los paraliza a ellos y en su desesperación salen con consignas de un pasado no tan remoto que quisieran revivir. Pero otra es la historia hoy. Otra es la realidad de nuestros días. Ya no hay temores. La justicia dirá el resto.
Alfredo Sayus
No hay comentarios:
Publicar un comentario